Una vez que te encuentras en un país con una extensión territorial de 3,444 Km², residido por un poco más de 9 millones de habitantes, y momentáneamente te sientes en medio de la nada, envuelto en la más absoluta naturaleza… bienvenido, estás en Suecia.
La vasta zona natural de éste país es uno de sus mejores aliados. Sus más de 3 mil lagos me lo han certificado. El sistema de gobierno realmente echa mano al cuidado del medio ambiente. Estos lagos se encuentran totalmente descontaminados, es posible sumergirse en ellos, aunque el agua no es la más tibia. Despreocúpate de los depredadores del hombre; no hay cuidado en ello. También puedes gozar de una experiencia interesante navegando tranquilamente en canoa.
Si lo que apeteces es animarte en lo terrestre, monta un auto y conduce por las carreteras, pero deberás tener precaución, puesto que es muy frecuente la presencia de venados y alces. Se registran anualmente innumerables accidentes por esta causa, pese a las diversas señales dispuestas por tránsito. Al sur de Suecia sólo encontrarás una superficie plana, y no cambiará sino hasta alcanzar el norte, cerca de Estocolmo.
Si eres amante de la naturaleza y te alientas a adentrarte a los bosques, pues no hay problema, resulta sencillo penetrarlos. Lo que no resulta para nada hacedero es caminar en territorios hostiles donde los árboles han sido talados. Pues las raíces muertas te impiden trasladarte con factibilidad, sin mencionar que los mosquitos te disminuirán el ánimo de seguir andando. Esto es consecuencia de la gran cantidad de lagos que atraen innumerables insectos voladores.
Por otro lado, sus costas, asimismo, son infinitas, extendidas y de poca profundidad, donde, durante los veranos, puedes caminar 1 milla mar adentro y el agua apenas te llega a las rodillas. En el sur ocurre en Malmo.
Usualmente, los veranos son para visitar las playas, muchas de ellas sin palmeras, pero bien acondicionadas. Cuentan con espacios naturales que funcionan de estacionamiento, y un mínimo de servicios, por ejemplo: dos baños y nada más. Lo que resta son dunas y bosque, y el mar en frente colindando hacia el Mar Báltico. Realmente es una vivencia sugestiva, ya que podemos navegar y estar a millas de éste Mar, y otros destinos más lejanos.
Al referirnos al invierno, queda destacar que es sumamente agresivo, principalmente en Estocolmo y otras ciudades, donde el grado de temperatura supera los -20. Está de menos decir que debes abrigarte lo más que puedas, para seguir disfrutando al máximo de las maravillas naturales de Suecia.
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