Salvaguardando el medio ambiente
Desde mucho antes de la invención del automóvil, la bicicleta era el medio de transporte de las personas en todo el mundo para recorrer los pueblos, acudir a la escuela o al trabajo. Hoy día se pretende restituir este antiguo sistema en muchos países interesados en el rescate del medio ambiente. Pues el deterioro del mismo provocado en gran parte por el humo de los autos, ha puesto en conciencia a estos países que desean sumarse a la contribución del mejoramiento del planeta, y por ende, de los seres humanos.
Con el transcurrir del tiempo, la bicicleta ha pasado a ser sólo una distracción. Pero cierto es que cientos de personas han optado por el descarte de los automóviles y los pesados tráficos que estos generan, además de la contaminación por el humo, y han decidido retomar este medio de transporte que les permite no sólo descongestionar las calles principales, sino que es efectivo para mantener una buena salud física, y disfrutar un poco más de la ciudad.
El respaldo que muchos gobiernos a nivel mundial les han cedido a cuyas personas considera este hecho como un método de protección al medio ambiente, ha sido verdaderamente significante, por medio de la promoción de vías alternas para los ciclistas y patinadores, llamadas ciclovias, ciclosendas o ciclopistas, que a su vez están dividas en: independientes, que son aquellas exclusivamente para el uso de bicicletas, patines y patinetas; segregadas, que están demarcadas con pinturas en los carriles; y compartidas, en las cuales los automóviles y bicicletas comparten el mismo espacio para transitar.
La ciclovía más grande del mundo
Los países europeos son los primeros en tomar en consideración las ciclovias como método alterno de transporte con el uso de las bicicletas, lo cual tiene un impacto cero al medio ambiente.
Es por ello que la Federación Europea de Ciclistas se ha encargado de desarrollar un proyecto, con ayuda de gobiernos y organismos, de la red de ciclovías más grande del mundo, que conectará a 43 países europeos por medio de 15 de ellas, para un total de 70.000 kilómetros. El proyecto lleva el nombre de “EuroVelo” y se estima que esté listo para el año 2020, aunque, algunas de las ciclovías ya se encuentran sólidas para el transito de bicicletas, y el proyecto va en viento en popa. La más extensa es la Iron Curtain Trail, que abarca 10.400 kilómetros, la cual conecta a Europa Occidental con el lado Oriental, pasando por 20 países.
El atractivo proyecto no solamente favorece a los amantes del deporte o a los ciclistas profesionales; también es pensado para aficionados del viaje y para las familias que deseen hacerlo en conjunto. Pues una de las vías, específicamente la EuroVelo número 15, está adaptada perfectamente para los niños y jóvenes, con más de 1.200 kilómetros de recorrido que sigue el cauce del río Rin a través de Holanda, Francia, Alemania y Suiza, con una sencilla topografía del terreno, lo cual la hace perfecta para un viaje de un mes por Europa con toda la familia. En el trayecto de las ciclovías estarán dispuestos (incluso gran parte ya lo está) de señalizaciones de tránsito pertinentes para los ciclistas.
Por otra parte, si debiésemos referirnos específicamente a la máxima ciudad promovedora de este medio de transporte, definitivamente tiene que ser Ámsterdam, Países Bajos. No solamente por sus más de 400 kilómetros de carriles de ciclovías por toda la ciudad, sino por la importancia en sí del uso de la bicicleta.
En Ámsterdam hay más bicicletas que automóviles y habitantes. Indudablemente este medio de transporte es necesario para los residentes de la capital de los Países Bajos, y se continúa impulsando por medio del mantenimiento de las estructuras viales y el incremento de dispositivos de señalización, como semáforos, por ejemplo. Se ha dicho “adiós” al automóvil desde que se comenzó a tomar en cuenta estas medidas y a invertir en ello a principio de los años 70, sin mencionar que es costosa la adquisición y mantenimiento de un auto para los residentes de la ciudad, y es por ello lo bastante inusual que resulta encontrarse con uno en las calles de dicha ciudad.
No obstante, Ámsterdam cuenta con estacionamientos exclusivos para bicicletas, las cuales están bajo la vigilancia de un personal encargado, en diferentes partes de la ciudad. Incluso, muchas personas dejan su bici en los estacionamientos para tomar algún tren y continuar su destino, y al regresar retoman su medio de transporte tradicional. La seguridad es la principal tranquilidad para los nativos, ya que poco alguien está interesado en robar una bicicleta. Además, algunas son alquiladas y cuentan con su respectivo serial para su control.
Pero no solamente en los Países Bajos existe la fuerte influencia de la bici como medio de transporte. En Canadá se prevé la inauguración de la ciclovía más larga del mundo en el 2017 para celebrar sus 150 años de independencia, y contará con 24.000 kilómetros pasando por 15 localidades.
Amberes, Bélgica, también es reconocida por las ciclovías. Tanto es que en el año 1931 se inició la construcción de un túnel (que lleva por nombre Santa Ana) a 32 metros bajo tierra por debajo del río Escalada. Esta construcción se finalizó en 1933, y funciona para ciclistas, peatones y patinadores a una velocidad máxima permitida de 5 km/h. Hasta ambulancias que van en emergencia recurren al túnel para no coincidir con el tráfico vehicular.
Bicicletas en Latinoamérica
El uso de la bicicleta como medio de transporte no sólo ha tenido impacto en Europa; en Latinoamérica también. De hecho, ha sido tan importante que grandes ciclovías se han llevado a cabo para fomentar el uso de la misma.
En noviembre del año 2005 se formó la Red de Ciclovías Unidas de las Américas (CUA) que pretendía reunir organizaciones y órganos con proyectos de implementación del sistema de transporte de dos ruedas en América. Aunque, un poco más tarde, tras una reunión en Caracas, Venezuela, el nombre fue cambiado por Red de Ciclovías de las Américas (CRA).
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que es la principal fuente de financiamiento multilateral de América Latina, hay un total, en cuanto a infraestructura vial, de 2.513 kilómetros de ciclovías desde México a Chile. Una cantidad bastante interesante considerando el uso del automóvil.
Bogotá es la ciudad latinoamericana con la ciclovía más grande del continente, con un total de 392 kilómetros. Un 5% de la población utiliza este medio, y son más de 600.000 viajes diarios los que se realizan. Luego tenemos a Río de Janeiro, con 307 kilómetros de ciclovías; y más atrás, Sao Paulo con 270 kilómetros.
Otros países en donde el uso de la bicicleta ha tenido bastante influencia, es México, Chile y últimamente Venezuela, en donde se han desarrollado proyectos en los últimos años para el reacondicionamiento, principalmente, de vías y carreteras en donde se pueda facilitar el paso, adecuadamente, así como también evitar la compenetración de vehículos a motor y bicicletas debido a la cantidad de accidentes que generan. Para ellos, aún se discuten y resuelven ideas concretas para soluciones completas, como el acondicionamiento de nuevos espacios.
En ciudades como Caracas (Venezuela), cada domingo se cierran algunas calles y parques de la capital para garantizar el tráfico de los ciclistas que deseen hacer uso de estas ciclovías, donde además si no se cuenta con una bicicleta, tienes la opción de solicitar el préstamo de una por 30 minutos presentando el documento de identidad, a las organizaciones encargadas.
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